Musica en mi cabeza...

Mi foto
Toulouse, Toulouse, France

domingo, 26 de octubre de 2014

Niño

Hoy miraba una fotografía mía de niño, donde con una gran sonrisa abarco casi toda la foto dejando un poco en segundo lugar a mis hermanos y mi madre. No recuerdo el momento en que la tomaron. Espero en todo caso que la alegría haya sido sincera... tenía cinco o seis años, no veo por qué no estaría feliz.
Me pregunto qué pasó con ese sueño de ser jardinero, de ser profesor, de ser el Papa, de ser carpintero, de ser actor, de ser escritor, de ser cineasta... me pregunto en qué momento todo eso quedó o bien en diversión para mis momentos de ocio o bien en nada. Me pregunto cómo explicarle al niño de la foto que de todos sus sueños me convertí en ingeniero, en algo a primera vista tan poco creativo, tan serio... qué me diría el niño que fui? Seguiría sonriendo?

No creo haberle fallado y, si lo hice, mi intención nunca fue esa.
Han pasado tantas cosas desde esa foto, tantas... no me arrepiento de nada.

Incluso las cosas que he hecho sin sentido han tenido sentido a la larga; a veces incluso escribir sin sentido tiene algo de mágico, pues es de ahí de donde vienen, a veces, tus mejores ideas.

Una cosa es clara... hoy tengo una planta (jardinero), voy a un curso de teatro (actor), tengo una colección de más de 100 DVDs (cineasta), reviví este blog (escritor), he ayudado en matemáticas a varias personas (profesor)... lo de ser el Papa creo que ya no puedo, lo de ser carpintero... pues hubo un momento en que acepté que no tengo manos para eso. Es bueno aceptar que por más que quieras ser algo, no implica que tu destino sea conseguirlo.
Sigo siendo un idealista, eso sí conservo desde más pequeño que el niño de la foto. Nunca dejaré de serlo, con lo entretenido que es idealizar!!

 Idealizar sin ilusionarse... gran problema. Este último tiempo he intentado aprender, otra vez, a no ilusionarme tan rápido. Mi madre siempre intentó defenderme de eso y nunca lo logró ; siempre caí en la idealización. Cuando un amigo me invitaba a su casa, pasaba todo el día y la noche anterior pensando en qué juego haríamos, cuánto nos reiríamos, cuántos secretos nos contaríamos, cuántas aventuras tendríamos, cómo y de qué forma le contaría mi día a mi madre. Más de una vez me pasó que al último momento llamaban a casa anulando todo, me volvía un mar de lágrimas y sentía que mi corazón se rompía un poco.
Los seres humanos, creo yo, somos más unos animales de costumbres que unos seres en constante evolución. No he cambiado, sigo idealizando, pero me he acostumbrado a la decepción, pues el tiempo de recuperación es cada vez más rápido.

Supongo que esa es la definición de "crecer" para mí. Aprender a vivir con quien soy y no luchar contra eso y, por otro lado, utilizar las otras armas que poseo para compensar.
Si algo me gustaría decirle al niño de la foto es esto: Tranquilo, lo estás haciendo bien y aun cuando lo hagas mal serás lo suficientemente honesto para admitirlo y volver a empezar. 

miércoles, 8 de octubre de 2014

Quiero contigo...

Una mirada a veces es suficiente, una sonrisa es más que suficiente... En mi caso hasta la forma de caminar me hacen tener ganas de querer contigo.

Quiero contigo por lo que dices, por lo que no dices, por lo que haces y por lo que dejas de hacer.

Quiero contigo por aquella vez que no tuviste miedo en expresar tus ideas, también por aquella vez que te quedaste sin decir nada.

Quiero contigo por aquella vez que te sentaste a mi lado sin decir nada y fuiste la compañía más grata de mi jornada.

Quiero contigo porque quieres conmigo y me lo haces sentir.

No podemos ser verdaderos todo el tiempo, es necesario ocultarnos por momentos.

¿Te acuerdas de esa vez que nos reímos tanto que nos faltaba la respiración?
Quiero contigo.

¿Te acuerdas de esa vez que me tomaste en tus brazos sabiendo que lo necesitaba pero sin preguntar por qué lo necesitaba?
Quiero contigo.

¿Te acuerdas? Si no lo recuerdas no importa, para eso estoy yo.

Hay gente que pasa por tu lado sin dejar huellas, pero también hay gente como tu que desde el primer día me ha marcado.

Quiero contigo por todo lo anterior, pero también por lo que aún desconozco.

Si, es contigo con quien quiero formar la relación más duradera de todas entre dos personas.

Amigos.

sábado, 4 de octubre de 2014

Carta abierta a la vida

Vida,

Cuando tenía veinte años creía saberlo todo, cuando tenía veinticinco años creía que antes no sabía nada, cuando tenía veintisiete años creía volver a saberlo todo... hoy a mis treintaiuno sé que sé cosas, pero no tengo claras cuáles son.

Tengo claro que la sangre no tiene mucho que ver cuando se trata de amar (o dejar de amar), creo que lo que importa es lo que vives con las personas que te rodean; entiendo que según el momento una persona puede ser tu persona y que en otro puede estar mas alejada. Creo que nunca debemos olvidar de donde venimos, lo que somos y, sobre todo, hacia donde vamos.

Vida, eres irónica, sárcastica y, generalmente, impredecible. Por mucho tiempo me quejé de esta realidad (de mi realidad), hoy pienso que de ser todo más fácil me habría aburrido tanto durante estos años.
Si un problema no tiene solución, entonces no es un problema.

Vida, tenemos todavía tantas aventuras juntos; tantos vaivenes y tantos momentos de tranquilidad; simplemente no puedo esperar.

Sentirse amado es tan importante, amarse a uno mismo lo es aún más. No concibo pretender que alguien me ame sin amarme yo mismo.

Vida, gracias por las sonrisas; creo que ellas son las verdaderas estrellas (a veces fugaces) en nuestros días más oscuros.

Vida, gracias por los buenos momentos; está en nosotros hacer que pesen más que los malos.

Vida, gracias por las penas; llorar por lo que nos es realmente importante es grato, sentir pena por algo o por alguien a mi modo de ver es positivo y necesario; nos hace reales.

Vida, gracias por mi vida.

A veces creo que la soledad es una compañera infatigable, cuando creo eso intento recordarme que nunca estoy solo pues yo estoy siempre.

Muchos años sin escribir, vida, muchos... una muestra más de que nada dura para siempre, de que está en nosotros hacer que algo funcione, que algo valga la pena.

Insisto vida, gracias por las sonrisas.

David.